Un abogado estaba en su oficina, cuando de repente el Diablo aparece ante él.
—Te vengo a proponer un trato, —dijo el enemigo de la Humanidad—. Aumentaré tus ganancias, tus colegas te respetarán, tus clientes te admirarán, las mujeres caerán rendidas a tus pies, tendrás cuatro meses de vacaciones cada año y vivirás hasta los cien años. A cambio sólo quiero que me entregues el alma de tu mujer y tus tres hijitos para que ardan en el fuego del Infierno por toda la eternidad.
El abogado lo piensa y dice, desconfiando:
—Y... ¿dónde está la trampa?
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