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2007-03-01

decreto supremo nº 29042 1 decreto presidencial 4 decreto supremo nº 29046 1 21 de febrero de 2007 1 decreto supremo nº 29041 1 decreto presidencial nº 29036 1 gaceta 2971 12 decreto supremo nº 29047 1 decreto presidencial nº 29038 1 decreto supremo nº 29044 1 23 de febrero de 2007 2 febrero/2007 12 26 de febrero de 2007 1 decreto supremo nº 29045 1 decreto supremo 8 decreto presidencial nº 29039 1 decreto supremo nº 29048 1 decreto presidencial nº 29037 1 decreto supremo nº 29043 1 28 de febrero de 2007 8
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La Abuela

Los Abogados jamás deberían hacer una pregunta a una abuela si no se encuentran preparados para la respuesta.

Durante un juicio en un pequeño pueblo, el abogado acusador llamó al estrado a su primera testigo, una mujer de avanzada edad.

El abogado se acercó y le preguntó:

—Sra. Fortunati: ¿sabe quién soy?

Ella respondió:

—Sí, lo conozco señor Sanny. Lo conozco desde que era un niño y francamente le digo que usted resultó ser una gran decepción para sus padres. Siempre miente, cree saber de todo, es muy prepotente, abusivo, engaña a su esposa y lo peor de todo, manipula a las personas. Se cree el mejor de todos cuando en realidad es un pobre hombre. Vaya que sí, lo conozco...

El Abogado se quedó perplejo, sin saber exactamente qué hacer. Sin embargo, para salir del paso y apuntando hacia la sala, le preguntó a la Sra. Fortunati:

—¿Conoce al abogado de la defensa?

Nuevamente ella respondió:

—Claro que sí. Yo también conozco al señor Pérez desde que era un niño. Él es un flojo y medio raro, y tiene problemas con la bebida. No puede tener una relación normal con nadie y es el peor abogado que conozco. Sin mencionar que engañó a su esposa con tres mujeres diferentes, una de ellas la esposa suya, ¿recuerda? Sí, yo conozco al Sr. Pérez. Su mamá tampoco está orgullosa de él.

El abogado de la defensa casi cae muerto.

Entonces, el Juez llama rápidamente a los dos abogados para que se acerquen al estrado, y les dice:

—Si alguno de los dos, le pregunta a esa vieja si me conoce, los mando a la silla eléctrica a los dos.

Sonreir otro poco...

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