LexiVox
Ir a: BuscarComentariosEtiquetasEstadísticas

Buscar normas

Buscar las normas por los textos de su contenido o de su metadata

diciembre/2007

septiembre/2001

octubre/2005

abril/2005

decreto supremo

diciembre/2008 40 2005-12-20 36 julio/1997 92 mayo/1992 44 diciembre/2005 85 julio/1993 35 febrero/1969 57 agosto/2007 36 noviembre/2004 45 noviembre/2011 52 agosto/1969 42 septiembre/2005 40 junio/1999 48 julio/2002 48 31 de julio de 1997 54 diciembre/2004 71 noviembre/1968 43 julio/2004 37 octubre/1991 43 ley 84 marzo/1993 43 julio/1969 45 enero/2004 36 junio/1969 47 agosto/2004 36 mayo/2008 42 junio/1997 43 decreto presidencial 37 mayo/2004 61 mayo/1997 42 abril/2008 37 diciembre/2001 42 septiembre/2004 54 julio/2009 35 noviembre/2006 35 junio/2004 54 octubre/2000 37 julio/2005 38 22 de diciembre de 2005 37 octubre/2004 37
Ir a: BuscarComentariosEtiquetasEstadísticas
 
Humor Lexivox humor

Un abogado sale de cacería al campo y tiene la suerte de bajar un pato con el primer tiro. La pena es que el pato cayó en un sembradío al otro lado de la cerca.

Ya se trepaba a la cerca cuando se le acerca un campesino.

—¿Que está haciendo?... esta es mi tierra.

—Bueno, lo que pasa es que cacé un pato y cayó en su tierra.

—Lo siento, pero no puede llevárselo, le dice el campesino.

—¡Soy uno de los mejores abogados! Le voy a hacer un pleito y me voy a quedar hasta con toda su tierra si no me deja entrar a recoger mi pato —amenaza el abogado.

—Aquí en el campo resolvemos las cosas con justicia comunitaria —le informa el viejo— aplicamos la Regla de “las Tres Patadas”

—¿Y qué es la Regla de las Tres Patadas? —pregunta el abogado.

El viejo explica:

—Yo lo pateo tres veces; Ud. me patea tres veces; yo lo vuelvo a patear, y así hasta que alguien se de por vencido.

El abogado vio que el campesino era viejo y sabiendo que él estaba en forma, aceptó las reglas.

—Está bien, empecemos —dijo el abogado.

El campesino sin más con sus hojotas bien duras le dio una tremenda patada en la rodilla al abogado, y antes de que se doblara, le encajó otra en la entrepierna, y cuando el abogado se retorcía de dolor, le encajó un tremendo patadón en el culo.

Al cabo de 5 minutos, el abogado —con mucho esfuerzo— se levantó y dijo:

—Ahora me toca a mi

—No se moleste —replica el viejo— ...Me doy por vencido. Vaya nomás y llévese su pato.

Sonreir otro poco...

CopyLeft LexiVox 2011 - La Paz, Bolivia
Sitio impulsado por DeveNet.Net - software para Internet

Valid XHTML 1.0 Strict   ¡CSS Válido!