Buscar las normas por los textos de su contenido o de su metadata
agosto/2007
noviembre/2006
enero/2004
mayo/2004
abril/2005
decreto supremo
diciembre/2008 40 julio/1997 92 junio/1997 43 mayo/1992 44 noviembre/2011 52 agosto/1969 42 septiembre/2004 54 mayo/2008 42 abril/2004 35 marzo/1993 43 junio/1969 47 2005-12-20 36 diciembre/2001 42 septiembre/2005 40 noviembre/1968 43 julio/2005 38 julio/1993 35 31 de julio de 1997 54 julio/2002 48 22 de diciembre de 2005 37 noviembre/2004 45 28 de mayo de 2004 49 agosto/2004 36 octubre/1991 43 octubre/2000 37 octubre/2004 37 ley 177 diciembre/2005 85 mayo/1997 42 febrero/1969 57 julio/1969 45 junio/1999 48 julio/2004 37 octubre/2005 40 noviembre/2008 35 junio/2004 54 abril/2008 37 julio/2009 35 diciembre/2004 71 decreto presidencial 51La Abuela
Los Abogados jamás deberían hacer una pregunta a una abuela si no se encuentran preparados para la respuesta.
Durante un juicio en un pequeño pueblo, el abogado acusador llamó al estrado a su primera testigo, una mujer de avanzada edad.
El abogado se acercó y le preguntó:
—Sra. Fortunati: ¿sabe quién soy?
Ella respondió:
—Sí, lo conozco señor Sanny. Lo conozco desde que era un niño y francamente le digo que usted resultó ser una gran decepción para sus padres. Siempre miente, cree saber de todo, es muy prepotente, abusivo, engaña a su esposa y lo peor de todo, manipula a las personas. Se cree el mejor de todos cuando en realidad es un pobre hombre. Vaya que sí, lo conozco...
El Abogado se quedó perplejo, sin saber exactamente qué hacer. Sin embargo, para salir del paso y apuntando hacia la sala, le preguntó a la Sra. Fortunati:
—¿Conoce al abogado de la defensa?
Nuevamente ella respondió:
—Claro que sí. Yo también conozco al señor Pérez desde que era un niño. Él es un flojo y medio raro, y tiene problemas con la bebida. No puede tener una relación normal con nadie y es el peor abogado que conozco. Sin mencionar que engañó a su esposa con tres mujeres diferentes, una de ellas la esposa suya, ¿recuerda? Sí, yo conozco al Sr. Pérez. Su mamá tampoco está orgullosa de él.
El abogado de la defensa casi cae muerto.
Entonces, el Juez llama rápidamente a los dos abogados para que se acerquen al estrado, y les dice:
—Si alguno de los dos, le pregunta a esa vieja si me conoce, los mando a la silla eléctrica a los dos.
LexiVox 2011 - La Paz, Bolivia
Sitio impulsado por DeveNet.Net - software para Internet