Los objetivos difusos de un proyecto se utilizan para evitar lo violento que resulta calcular los costes aproximados.
Para terminar un proyecto planificado con descuido hace falta tres veces más el tiempo que se esperaba; uno cuidadosamente planificado, sólo necesita el doble.
El esfuerzo que se precisa para corregir algo aumenta en progresión geométrica con el paso del tiempo.
Los equipos que trabajan en un proyecto detestan los informes semanales del progreso del mismo, porque queda en evidencia que no progresa nada.